Encuentro de dos mundos

Rodrigo Merino Ramírez, es miembro de la Asociación de Artesanos Triquis Tinujei y de toda una comunidad que desde hace mas de 35 años empezó a establecerse en la ciudad de Querétaro, empezando con su tía y su primo para ser ahora un grupo de aproximadamente 120 integrantes.

“La primera persona que llegó fue mi tía Margarita junto con mi primo Prudencio. Eso ya tiene más de 35 años. Llegaron con unas dos o tres familias más de Oaxaca, ahorita ya nos componemos como de 40 familias de la comunidad triqui, ya dejó de ser solamente una asociación para tener una comunidad triqui aquí en el estado de Querétaro”, contó.

Este grupo tiene sus raíces en la comunidad de San Juan Copala, perteneciente al municipio de Juxtlahuaca, Oaxaca, colindante con el estado de Guerrero, desde donde la gente emigró por la falta de fuentes de trabajo, habiendo como única opción cafetaleras no muy bien pagadas por lo barato que se ha vuelto el café de la región, razón por la que poco a poco los triquis se han establecido no solo en Querétaro si no en muchas partes de la República Mexicana.

Es de resaltar que en los primeros años de la comunidad en la capital queretana, sus miembros vivían discriminación por parte de la población y del gobierno, problemática que poco a poco se ha estado erradicando, a tal grado que ahora obtienen apoyos de instancias como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) delegación Querétaro y de la Unidad de Culturas Populares.

A más de 35 años ya hay triquis nacidos en la capital; la primera generación de triquis oriunda de Querétaro todavía tiene nociones de su lengua, sin embargo, la segunda generación poco entiende el idioma.

La mayoría de los integrantes de la comunidad triqui en Querétaro se dedican a hacer artesanías, sin embargo, hay quienes también trabajan en las empresas instaladas en la capital o en otros oficios.

Este miércoles 12 de octubre, en el marco de la conmemoración el Día de la Raza, la comunidad decidió salir para dar a conocer su cultura que se compone de música, bailes, gastronomía, vestimenta y artesanías; es la primera vez que se congregan en este día y con esta intensión, aunque ya han tenido otras presentaciones en más lugares.

Entre las artesanías que hacen resalta pulseras, diademas y plumas, mientras que la comida que más los caracterizan son los tamales oaxaqueños hechos con carne de res y masa de arroz o maíz quebrado.

También elaboran en telares huipiles, gabanes y bolsas. Merino Ramírez agregó que además la congregación fue para seguir unidos y preservar sus raíces y costumbres, así como su dignidad indígena.