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Sergio Ramírez, un hombre de leyenda

13 de Noviembre 2019

México, 14 Nov (Notimex).- Sergio Ramírez Mercado, el escritor nicaragüense más universal en lo que va del siglo XXI, se puede decir que es un hombre de leyenda. Además de por su arte, ha trascendido por su incesante quehacer político a favor de una mejor sociedad en su país natal.

Fue un destacado activista estudiantil contra la dictadura de Anastasio Somoza y llegó a ocupar la vicepresidente de su país durante la Revolución Popular Sandinista (1979-1990).

Ramírez Mercado nació un 5 de agosto de 1942 en un pequeño y pintoresco pueblo del suroeste de Nicaragua llamado Masatepe, un lugar mágico como los descritos por Gabriel García Márquez en su obra. Por algo es parte de los llamados “pueblos blancos”.

En 1959, año del triunfo de la Revolución en Cuba liderada por Fidel Castro, Ramírez inicia sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de León. El 23 de julio del mismo año ocurre la represión gubernamental contra los universitarios de esa casa de estudios, con un saldo de cuatro estudiantes muertos y unos 60 heridos.

Este hecho impactó y marcó la vida de Ramírez Mercado como testigo presencial del ataque y masacre de algunos de sus compañeros de estudio. Al mismo tiempo comienza su labor cultural, funda la revista Ventana y se crea el movimiento cultural con el mismo nombre junto a compañeros como Fernando Gordillo, algunos de los cuales se integrarían a la militancia sandinista.

En 1964 se gradúa como doctor en Derecho y se le otorga la Medalla de Oro como mejor estudiante de su promoción. Al mismo tiempo asume la secretaría general del Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA) en dos ocasiones, lo que le dio experiencia en las lides políticas.

Nace la guerrilla con Sandino de Bandera

En 1961 Carlos Fonseca y varios militantes fundan el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Durante esa década poco se sabía del sandinismo. En 1974 un comando de la guerrilla realiza el operativo “Diciembre Victorioso”, con la toma de una residencia, y captura a decenas de rehenes, incluyendo a familiares del dictador Anastasio Somoza.

La acción guerrillera tiene su repercusión en el país y se inicia una etapa de enfrentamientos con el objetivo de derrocar a la dictadura. En 1977 se da una ofensiva rebelde y es cuando se comienza a integrar el llamado Grupo de los Doce. Uno de los líderes fue Sergio Ramírez Mercado.

El grupo estaba integrado por reconocidos intelectuales, empresarios, religiosos y exfuncionarios de organismos internacionales, entre ellos el académico Carlos Tunnerman y los religioso Miguel d´Escoto y Fernando Cardenal.

Como miembro del Grupo de los Doce, Ramírez Mercado inicia un periodo de quehacer político intenso. En la clandestinidad era coordinado por los comandantes del FSLN, en concreto, la llamada Tendencia Tercerista o Insurreccional que lideraban los hermanos Daniel y Humberto Ortega Saavedra y el mexicano Víctor Tirado López.

Su base central de operaciones se ubicó en Costa Rica, desde donde partía para hacer gestiones a favor de la lucha revolucionaria, iba hacia Panamá para entrevistarse con Omar Torrijos o hacia La Habana para hablar con los líderes cubanos, o a Venezuela para acordar el apoyo del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, uno de los principales gestores del triunfo sandinista.

En medio de fuertes combates en casi todo el territorio nicaragüense se llega al año crucial: 1979. En los primeros meses se incrementa la actividad política exterior del FSLN y Ramírez, como uno de sus principales diplomáticos, en alguna ocasión fue nombrado canciller, puesto que al final ocupó Miguel d´Escoto durante la revolución.

En junio, un mes antes del triunfo sandinista, el religioso y poeta Ernesto Cardenal presenta en Costa Rica en una conferencia de prensa a la Nueva Junta de Gobierno de Nicaragua integrada por cinco miembros: el integrante de la Dirección Nacional del FSLN Daniel Ortega, Sergio Ramírez, Violeta Barrios, viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro, el empresario Alfonso Robelo y el científico Moises Hassan.

La alborada y el triunfo de la Revolución

A principios de julio de ese año la ofensiva guerrillera del FSLN se profundiza y las tropas de la dictadura de Anastasio Somoza se comienzan a desmoronar. El fin llega y la madrugada del día 17 huye del país, deja en el poder a Manuel Urcuyo, quien no resistió ni 24 horas y abandonó el poder. La revolución había triunfado.

El mismo día 17 Sergio Ramírez, Violeta Chamorro y Alfonso Robelo, todos miembros de la Junta de Gobierno, se trasladan clandestinamente en dos avionetas desde Costa Rica hacia la ciudad nicaragüense de León, occidente del país, acompañados de otros futuros miembros del gobierno.

En León se ponen a la orden de quien fungía como jefa militar de ese departamento, la comandante Dora María Téllez, una estudiante de medicina de 24 años, pero al frente de una fuerza de centenares de muchachos y muchachas guerrilleras, que serían el embrión del Ejército Popular Sandinista.

“…el 20 de julio, que fue viernes, viajamos en una caravana de vehículos desde León a Managua, y abordamos un camión de bomberos para entrar en la plaza de la República, en adelante la plaza de la Revolución, frente a la Catedral Metropolitana, descalabrada por el terremoto de 1972…”, reseña Ramírez en un artículo reciente, “El otro 19 de julio”.

“…La plaza colmada de pueblo, la gente apretujada en las cornisas de la catedral, encaramada en las torres, un mar de banderas, un solo clamor”, recuerda Ramírez.

La revolución había triunfado, comenzaban años difíciles, las presiones de Estados Unidos, el surgimiento de grupos contrarrevolucionarios en el norte del país, la economía maltrecha, pero con mucho ánimo y sacrificio de la población para avanzar por el sendero de la liberación y la revolución.

Con una altura de más de 1.80 metros, complexión fuerte y un gesto adusto, pero a la vez de hablar pausado y cálido, Ramírez Mercado, quien nunca vistió de verde olivo, fue siempre la imagen civil, seria y firme de la revolución. Ello, contrario a Daniel Ortega, que casi siempre en los 10 años de revolución vistió el uniforme militar.

Se realiza la Cruzada Nacional de Alfabetización y un ejército de centenares de jóvenes, casi niños, llegaron a cada rincón del país para enseñar a leer y escribir. La tasa de analfabetismo fue abatida a una cifra de un dígito, un gran logro para los países latinoamericanos.

“En un fin de siglo poco heroico, vale la pena recordar que la revolución sandinista fue la culminación de una época de rebeldías y el triunfo de un cúmulo de creencias y sentimientos compartidos por una generación que abominó al imperialismo y tuvo la fe en el socialismo y en los movimientos de liberación nacional”, escribe Ramírez Mercado en su libro Adiós Muchachos.

El principio del fin del sandinismo

En 1984, en unas elecciones en donde los partidos opositores no participaron, Ramírez Mercado fue electo vicepresidente del país, cargo que ocupó hasta las elecciones del 25 de febrero de 1990, cuando Violeta Chamorro llegó a la presidencia como candidata de la Unión Nacional Opositora (UNO).

El cerco económico de Estados Unidos, la acción beligerante de los grupos de la “contra”, armados y financiados por Washington, aunado a las políticas equivocadas del sandinismo, así como el desgaste con Servicio Militar obligatorio para los jóvenes, además de los errores actitudes y comportamientos de los dirigentes, llevaron al colapso a la esperanzadora revolución.

Tras la cruenta derrota del sandinismo, y prácticamente el fin de la revolución, Ramírez Mercado escribió: “creo que no hay ningún otro ejemplo en la historia, y lo digo sin alardes, de un movimiento revolucionario que tras conquistar el poder por las fuerzas de las armas lo entregue como consecuencia de un proceso electoral libre y justo”.

Ya como opositor Ramírez Mercado lideró la bancada sandinista en la Asamblea Nacional (1990-1995). En ese periodo promovió las reformas a la Constitución Política de 1987, las cuales fueron aprobadas en 1995, el objetivo era hacerla más democrática.

En 1995 un grupo de destacados cuadros sandinistas, entre ellos Sergio Ramírez, Dora María Téllez, Edmundo Jarquín y Henry Lewites, abandonan el FSLN y conforman el Movimiento Renovador Sandinista (MRS). En las elecciones presidenciales de 1996 Ramírez Mercado es su candidato a la presidencia, pero los electores no le respondieron y decide retirarse del quehacer político.

“No empuñé armas en la revolución, no llevé nunca un uniforme militar, ni me encuentro al borde del olvido por demasiado viejo, ni nadie me está disputando en otro libro los hechos vividos. Es más, la revolución se ha quedado sin cronistas en este fin de siglo de sueños rotos, después de que tuvo tantos en los años en que estremecía al mundo…”, enfatizó Ramírez Mercado en su obra autobiográfica Adiós Muchachos.

El político-escritor retorna a la literatura

Ramírez Mercado retorna a su lugar de origen: la literatura, donde ha sido un prolífico escritor con obras de alta calidad literaria. Obra que ha sido traducida a más de 20 idiomas.

Su actividad literaria ha sido reconocida universalmente. Entre los galardones se le otorga en 2014 el Premio Carlos Fuentes a la creación literaria en lengua española, ya que se consideró que su obra conjuga “una literatura comprometida con una alta calidad literaria”, destacándolo como “intelectual libre y crítico, de alta vocación cívica.”

En 2017 se le otorga el Premio Cervantes de Literatura, máximo galardón en lengua hispana, y lo convierte en el primer centroamericano en obtener dicha distinción.

“Este es un premio para Nicaragua, para Centroamérica, para nuestra cultura, para nuestra literatura”, dijo el escritor y político nicaragüense en declaraciones a varios medios internacionales al obtener el galardón.

“Nunca había caído el número de esta ruleta en Centroamérica y yo me siento muy orgulloso de recibir este premio, que es un premio para todos los escritores centroamericanos”, agregó Ramírez Mercado.

“Sergio Ramírez exhibe siempre una de las imprescindibles cualidades para un narrador moderno: la capacidad de experimentar con la perspectiva de sus narraciones, ocultando o camuflando la focalización narrativa central del relato, para diluirla, digamos que naturalmente, a través del lenguaje o los lenguajes que como autor le requieren las diversas estrategias autoimpuestas en sus textos”, declaró a Notimex el escritor nicaragüense Erick Aguirre.

“Entre nuestros narradores contemporáneos Ramírez es uno de los que mejor representa en su obra la dramática y compleja realidad de Centroamérica”, agregó Aguirre, también miembro de la Academia de la Lengua de Nicaragua.

Por estos días se estrenará “Sergio Ramírez, la herencia de Cervantes en Centroamérica”. Una película que busca recorrer la historia y drama de lo que sin dudas es un hombre de leyenda.

-Fin de Nota-

NTX/I/FJ/JGM

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