Reina impunidad ante ciberacoso

Existe impunidad en el acoso cibernético en Querétaro, lamentaron víctimas de estas conductas, quienes consideraron que las denuncias no proceden, son tardías y no existen sanciones severas.

En este tema, el estado se ubica entre los 10 primeros lugares a nivel nacional. Según el Centro Iberoamericano para el Desarrollo e Investigación de la Ciberseguridad (Ceidic), el registro de Querétaro es de 23 mil casos de ciberacoso en secundaria, durante los primeros ocho meses del año.

El estudio se realizó en 100 escuelas y refiere que la entidad está por encima de la media nacional en esta problemática con 26.8 por ciento de los casos. Las principales víctimas, según un sondeo, son personas con preferencia sexual distinta, quienes tienen otra religión diferente a la católica, las mujeres en adolescencia y los llamados “otakus”.

Y es que, el acoso cibernético es un acto agresivo e intencionado llevado a cabo de manera repetida y constante a lo largo del tiempo, mediante el uso de formas de contacto electrónicas por parte de un grupo o individuo contra una víctima que no puede defenderse fácilmente.

Testimonios Daniel Pérez es homosexual, vive en la capital queretana y debido a sus fotografías de perfil en redes sociales, donde posa vestido de mujer, denunció que recibe al día cerca de tres mensajes privados con frases de odio y amenazas de desconocidos.

Hace un mes, en una página dedicada al entretenimiento y burlas, subieron una foto del afectado con poca ropa, lo cual derivó en muchos comentarios negativos y su madre se dio cuenta de sus preferencias sexuales, situación que le causó problemas familiares. Daniel asegura que ya se acostumbró a recibir este tipo de mensajes; sin embargo, la mayoría le causan temor.

Por su parte, Andrea Herrera, de 23 años, a pesar de que tiene su perfil privado en Facebook, hace un par de meses comenzó a recibir mensajes de diversos usuarios con foto de perfil religiosa; estos perfiles coincidían en el contenido y aunque trató de ignorarlos, las notificaciones la asustan. “Me mandaban mensajes obscenos, que si vendía ropa interior, que si soy virgen, que cuánto cobro, era desesperante, me estresé mucho, lloraba y no hay quién te ayude o no sabes a dónde ir”, explicó la joven.

Denuncia Andrea llamó a la línea de la Policía Cibernética, 088, para denunciar ciberacoso; platicó a la operadora su situación y otorgó información de los perfiles; sin embargo, le dijeron que tenía que acudir al Ministerio Público a ratificar la denuncia y que probablemente no procedería. Cabe mencionar que el Código Penal Federal, que tipifica los delitos informáticos en sus artículos 211 bis 1 al 7, no se actualiza desde 1999.