La imagen es importante

El impacto en la economía derivado del llamado gasolinazo tiene un componente que debe preocupar. La imagen del país al exterior cuenta para los inversionistas.

Los saqueos, la volatilidad y la discordia política, a final de cuentas, se convierten en negativos para la economía. Aunado esto a que del exterior se tiene un panorama complicado, se trata de elementos que promueven la adversidad.

Incluso los estudios de marca país señalan que no es conveniente que se asocie a nuestros productos que se exportan o se comercializan con las situaciones políticas, económicas, por las que ha atravesado nuestro país tanto en el pasado como en la coyuntura que se vive.

Hoy en día México crece a un paso moderado y constante, impulsado por el mercado interno, y su macroeconomía; sin embargo, para este año el crecimiento llegará a 1.8 por ciento según el Banco Mundial.

En el ambiente internacional persiste la incertidumbre sobre la política económica del gobierno de Donald Trump, ello es lo que detiene inversiones y retira otras. Por ello es que México debe comenzar a trabajar en una estrategia para superar los malos augurios.

Trump ya amenazó con represalias a empresas automotrices por abrir plantas en México donde se produzcan vehículos para el mercado estadounidense, México analiza su impugnación ante la Organización Mundial de Comercio. El hecho de defender será un parteaguas en la relación de socios comerciales.

Según la OCDE las fortalezas de México se encuentran en la macroeconomía, la política monetaria y los primeros resultados que lanzan las reformas estructurales.

En el mediano plazo México debe darle paso a una imagen más activa y propositiva para los inversores. La imagen y el desarrollo sostenido serán claves para la recta final del sexenio. Debe ser un objetivo claro en la búsqueda de un crecimiento firme y de una economía atractiva para los capitales extranjeros.