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Veintiséis gobernadores priistas tuvo Durango durante los 88 años que transcurrieron entre 1928 y 2016, hasta que en las elecciones del 5 de junio del año pasado resultó ganador José Rosas Aispuro Torres, el candidato de la alianza que conformaron el PAN, el PRD, el PT y Convergencia.
Esta fue la segunda vez que Rosas compitió por la gubernatura, ya que en 2010 fue candidato independiente después de renunciar al PRI, en el cual militó 30 años (1980-2010) y que le permitió ser, entre otras cosas, oficial mayor del gobierno de Durango (1992- 1994), dos veces diputado federal (1994- 1997 y 2006-2009), presidente estatal del PRI (1995-1998), diputado local (1998- 2001) y presidente municipal de Durango (2001-2004). Como otros lo han hecho, abandonó al PRI cuando no lo hizo candidato a la gubernatura.
En 2012 llegó al Senado como legislador por primera minoría después de ser postulado por el PAN.
Al votar el primer domingo de junio de 2016, los ciudadanos de Durango olvidaron que el candidato panista sirvió y obedeció a los cinco priistas que gobernaron Durango de 1980 a 2010.
De los supuestos actos ilícitos y abusos de poder de estos exgobernadores se ha escrito bastante y se han hecho públicas varias denuncias en su contra, pero, como ha sido la norma, la impunidad ha prevalecido en todos los casos y el PRI los ha protegido después de que dejaron el cargo. Como priista, Rosas Aispuro nunca manifestó su desacuerdo con ellos o sus probables acciones ilegales.
Rosas Aispuro asumió el cargo el pasado 15 de septiembre y desde entonces las tasas para algunos delitos han aumentado a niveles que ya deben preocupar a los duranguenses.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública informa que en el periodo enero-marzo de este año, la tasa de secuestros aumentó 500 por ciento, el incremento más alto del país, a 0.33 por cada 100 mil habitantes, arriba del promedio nacional de 0.24; la tasa de delitos patrimoniales subió 7.3 por ciento, a 92 puntos porcentuales, más del doble del promedio nacional de 45 por ciento; la de delitos sexuales subió 22.2, a 3.1, arriba del promedio nacional de 2.5 por ciento, la de lesiones se incrementó 25.6 por ciento, a 62.7, la más alta del país y superior al 35.9 nacional. La tasa total de delitos aumentó 23.9 por ciento, a 159, arriba del promedio nacional de 137.2 puntos porcentuales.
En junio del año pasado los duranguenses votaron por el cambio. Hoy es evidente que se equivocaron rotundamente si creían que en José Rosas Aispuro iban a encontrar un gobernador diferente a los 26 anteriores.
Como van las cosas, el cambio no llegará con quien durante 30 años fue priista de la vieja escuela.