Capital Querétaro

Habemus partido y pronto habrá candidato

Por: Antonio Navalon

El debate sobre eliminar los candados para que personas como usted y como yo, si es que son simpatizantes del PRI –nadie es perfecto–, puedan aspirar a convertirse en el presidente de México, es lo que polarizó la actuación previa a la XXII Asamblea del partido tricolor.

Y al final –no se esperaba menos en un partido democráticopero sobre todo tan pragmático como el PRI– se abrió el candado cuando posiblemente ya hay una cara o una operación que coincide con lo que quiere el señor Presidente.

Siempre he desconfiado de los candidatos independientes en nuestro país. Me explicaré.

Antes poder era imagen y dinero, hoy poder es sentimientos y dinero, quien sepa manejarlos mejor gana.

Y en ese sentido, los candidatos independientes en México necesitan ser independientes de un partido, pero dependientes de alguien que les facilite los medios necesarios para conectar con el pueblo.

Vivimos en un mundo muy limitado. Aunque antes era peor porque o pasabas por una televisora y te ponías de acuerdo con los grandes medios, o simplemente no existías.

Ahora hay que salir y ganar en el circo romano que significa el alarido de las masas a través de las redes sociales. Y es que, esas masas son tan manipulables como los partidos, el único problema es que ellas imponen la melodía en el circo o por lo menos es lo que las redes les hace creer.

Con esta decisión el PRI podrá elegir al candidato que quiera. Y dentro de los que puedan ser elegidos hay que recordar que todo el mundo puede cambiar y todos tienen derecho al arrepentimiento.

Pero al mismo tiempo, a todos los políticos susceptibles de beneficiarse por esta resolución yo les recordaría que si pueden y en algunos casos creo que deberían llegar a la Presidencia, lo que sería perfecto es contar con su apoyo pero no convertirse en el candidato de ese partido.

Porque hay que saber distinguir lo que el pueblo realmente necesita. Y en ese sentido, las redes sociales permiten apreciarlo, dejando además en evidencia el grado de educación popular.

Quien crea que México es un horror –aunque lo es en temas de inseguridad, corrupción e impunidad– y considere que el pueblo mexicano no es sabio, paciente, ni inteligente, que mire las redes sociales y entonces descubrirán que no somos ningún pueblo de pendejos.

Seguimos siendo el mismo pueblo que lidió con los españoles durante 300 años sin que éstos se dieran cuenta que una cosa es entrar en la Malinche, y otra muy diferente es entrar en el país.

Conclusión importante: todo puede cambiar. La pregunta es, ¿le convendrá ahora al que motivó que los priistas quitaran los candados estar ahí?