Lori Loughlin y su marido se declaran culpables en escándalo admisiones universitarias

Por Nate Raymond

BOSTON, EEUU (Reuters) – La actriz de “Full House” Lori Loughlin y su marido se declararon culpables el viernes de participar en un vasto esquema de fraude en Estados Unidos para asegurar lugares para sus hijas en la Universidad de California del Sur.

Loughlin y su marido, el diseñador de moda Mossimo Giannulli, comparecieron ante un juez federal de Boston a través de una videoconferencia de Zoom para declarar en virtud de acuerdos que los obligan a cumplir dos y cinco meses en prisión, respectivamente.

Loughlin y Giannulli se declararon culpables de conspirar para cometer fraude electrónico y postal. Pero el juez de distrito estadounidense Nathaniel Gorton dijo que postergaría la decisión sobre si acepta o rechaza sus declaraciones de culpabilidad, lo que restringe su capacidad de imponer diferentes sentencias.

Loughlin, de 55 años, y Giannulli, de 56, también acordaron pagar multas de 150.000 y 250.000 dólares y realizar 100 y 250 horas de servicio comunitario, respectivamente.

Gorton programó sus sentencias para el 21 de agosto, a pesar de la solicitud del abogado defensor William Trach de una fecha anterior para que la pareja de Los Ángeles pueda terminar con el tema.

Ambos se encuentran entre las 53 personas acusadas de participar en un esquema mediante el cual padres adinerados conspiraron con un consultor de admisiones estadounidense para utilizar sobornos y fraude para asegurar que sus hijos ingresen en las mejores universidades.

El consultor, William “Rick” Singer, se declaró culpable el año pasado de facilitar el engaño en los exámenes de ingreso a las universidades y de usar sobornos para asegurar la admisión de los jóvenes como falsos atletas.

Los fiscales dicen que Loughlin y Giannulli acordaron con Singer pagar 500.000 dólares en sobornos para lograr que sus dos hijas, Olivia Jade e Isabella Rose Giannulli, ingresen a la Universidad de California del Sur como reclutas del equipo de remo.

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(Reporte de Nate Raymond en Boston; Editado en español por Lucila Sigal)