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La música cristiana agarra ritmo

23 de Noviembre 2019

*Difunde su mensaje a través del rock, rap, bachata, cumbia y reggaetón, lo que le ha dejado más adeptos

Por Oscar Dávalos Becerril

México, 23 Nov (Notimex).- Pocos cantantes pueden jactarse de haber hecho rugir al estadio Azteca, de copar sus más de 100 mil butacas o puesto a cantar a todos los asistentes al coloso; tal vez Michael Jackson o Paul McCartney tuvieron la fuerza, pero no más.

Marcos Witt, ganador de cinco premios Grammy y dos Billboard, ha conseguido colmar el “Coloso de Santa Úrsula”, y otros foros más. Es pionero de la música cristiana, tiene 32 discos grabados, con más de 25 millones de copias vendidas.

El cantante, compositor y pastor, de 57 años, es un referente de lo que representa hoy la industria de su género musical, un negocio multimillonario que, más allá de las implicaciones religiosas o de fe, busca generar ganancias y adeptos.

Las alabanzas de los famosos

El modelo de negocio de la música cristiana no dista mucho de las estrategias que siguen otros tipos de música. Con sus peculiares letras, aborda prácticamente todos los géneros, desde la balada romántica, pasando por la tropical, urbana, rock, hip hop, rap, hasta la bachata colombiana y la cumbia, sin olvidar el reggaetón.

Cada género tiene a sus representantes principales, muy conocidos dentro de las diversas congregaciones religiosas. Sin embargo, hay rostros famosos que abiertamente difunden su fe, y que además participan activamente prestando su voz para difundir mensajes religiosos.

Entre los más conocidos en México se encuentra María del Sol, convertida al cristianismo en 1996, que interviene activamente en su iglesia a través de conciertos y conferencias. Es el mismo caso de la veracruzana Yuri, quien luego de una vida de excesos, como ella misma refiere, se convirtió al cristianismo. Incluso está casada con el cantante y pastor Rodrigo Espinoza.

El cantante Ricardo Montaner se volvió a dicha religión en 2007, cuando produjo el álbum Palabras, un material con mensaje ad hoc a su nueva doctrina. En cada uno de sus conciertos interpreta cortes como La gloria de Dios y Su luz.

Otra voz conocida es la Juan Luis Guerra quien, a través de la bachata, profesa su creencia. El cantante, quien ha vendido más de 70 millones de discos, tiene canciones como Las avispas, basada en versículos del Deuteronomio; En el cielo no hay hospital y Soldado, entre otras.

En el mercado estadounidense de la música también hay figuras que profesan el cristianismo, aunque no con tanto fervor. Destacan los casos de metaleros como Nicko McBrain, integrante de Iron Maiden, considerado por la revista Rolling Stone, como uno de los mejores bateristas de todos los tiempos.

Otro es el vocalista Alice Cooper, incluso acusado de usar imágenes satánicas en sus conciertos. Aunque prefiere no hablar de sus creencias, de acuerdo con el sitio Sonaj, ha dicho de su fe: “Beber cerveza es fácil. Ensuciar la habitación del hotel es fácil. Pero ser cristiano, sí que es una decisión difícil. Esa es la rebelión de verdad”.

Dave Mustaine, fundador y vocalista del grupo de thrash metal Megadeth, se convirtió al cristianismo en 2002. Antes de su conversión, participó en grupos que se anunciaban como satánicos.

Al ritmo de las cifras

De acuerdo con datos del Informe Anual de la Industria de la Música Cristiana 2017, elaborado por la Alianza de Radios Cristianas en Español (ARCE), ese año fue más productivo que 2016. El documento señala que los lanzamientos hace dos años crecieron 16 por ciento respecto al año anterior, pasando de mil 232 a mil 423.

El reporte aclara que se analizaron detalladamente todas las categorías, incluyendo álbumes, sencillos, EP (discos de corta duración) y videoclips, las cuales tuvieron un crecimiento notorio y único en ese año. Destacan los lanzamientos de sencillos, que en 2016 fueron 551 y en 2017, 795, con un crecimiento de 44 por ciento.

Un factor –consigna el documento- por el cual los estrenos de 2017 en la industria musical se dispararon aceleradamente es porque el número de personas que iniciaron una carrera en la música cristiana también ha ido en aumento.

Y es en las plataformas de “streaming” donde la difusión de este tipo de música encuentra su mejor reducto, sobresaliendo los sitios en los que se pueden ver y descargar videos, sobre todo de los nuevos materiales.

Descargas digitales 

El arribo de plataformas para descargar música, legales y “piratas”, dieron un duro golpe a la industria y cambiaron las reglas del juego, en un negocio que decayó con la entrada del siglo XXI y hoy todavía se relame las heridas en busca de nuevos modelos comerciales.

Con la entrada de Napster en 2000, la industria de la música colapsó ante las desventajas tecnológicas que representaba el “streaming”, un negocio acostumbrado a la antigua cadena productiva, que terminaba con el producto colocado en un punto de venta físico.

Bajo estas circunstancias, y otras de carácter social, empezó a crecer la industria de la música religiosa, destacando la producida por la rama evangélica del cristianismo, con un ingrediente especial: su objetivo es ganar adeptos y evangelizar a través de la música.

Roberto Blancarte, investigador especializado en religiones, afirma en el documento Religión, medios masivos de comunicación y poder, editado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que “las iglesias cristianas tienen como meta principal la salvación de los hombres, lo cual se logra en principio mediante la difusión del Evangelio”.

Y abunda que no todas las religiones tienen esa pretensión. “Por lo tanto, no todas las religiones buscan la utilización de los medios masivos para la difusión de su mensaje. Eso no significa que no exista ningún tipo de relación, sino que no es una relación misionera y, en ese sentido, utilitaria”.

Blancarte pone ejemplos de estrategias de comunicación de otras iglesias: “Entre la comunidad hebraica, por ejemplo, no hay esfuerzos específicos para la difusión de sus creencias, y mucho menos para la conversión. Incluso el islam ha permanecido hasta cierto punto reacio a la utilización de los medios electrónicos”.

Sin embargo, insiste el académico, en el cristianismo “la difusión del Evangelio es la tarea central de todos sus hombres, sobre todo de su burocracia profesional”. Esta idea es central para entender la fuerza con la que se mueve la industria de la música cristiana.

Las razones del éxito

Derivada del góspel que se canta en las iglesias protestantes de Estados Unidos, la música evangélica ha ganado terreno dentro de la industria. Incluso ya tiene su propia categoría en los Grammy, que otorga el premio al Mejor Álbum Cristiano.

En el texto de José Andrés García Méndez, Los sonidos de la fe. Transformaciones de las prácticas musicales de los cristianos en México, editado por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, se afirma: “Las iglesias evangélicas, mejor que ninguna otra, han desarrollado este aspecto”, refiriéndose a la música como herramienta de evangelización.

“Desde sus inicios, la música ha jugado un papel central para lograr la conversión y la integración de sus feligreses, no sólo ha sabido recurrir a las prácticas musicales locales para dar mayor emotividad y profundidad a su creencia, sino que ha transformado esta actividad en una verdadera industria cultural. La fe, y la música asociada a ésta, se ha vuelto una excelente mercancía”, refiere el investigador.

García Méndez asegura en su ensayo que “la importancia de músicos y cantantes es relevante por varias razones, entre ellas, atraer a nuevos conversos, generar una imagen amable, cordial y jovial de las iglesias cristianas, así como propiciar la difusión de los valores y creencias de cada doctrina, amenizar y aligerar los servicios”.

Pero -argumenta- los más beneficiados son “principalmente los músicos y cantantes que prefieren dedicarse a su nuevo público que al anterior, pues el mercado cautivo es sumamente numeroso y representa mejores ingresos económicos”.

-Fin de nota-

NTX/ODB/ACJ

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