Assange se queja de problemas para poder seguir audiencia de extradición a EEUU

Por Andrew MacAskill

LONDRES, 26 feb (Reuters) – Julian Assange se quejó el miércoles de que tenía problemas para seguir su audiencia de extradición, en momentos en que su equipo legal argumenta que Gran Bretaña no debería enviarlo a Estados Unidos porque los cargos en su contra eran por una motivación política.

Assange, de 48 años, enfrenta 18 cargos en Estados Unidos, incluyendo conspiración para piratear computadoras del gobierno y violar una ley de espionaje por publicar miles de cables diplomáticos clasificados. Se enfrenta a décadas de prisión si es declarado culpable.

Pero el fundador de WikiLeaks se quejó de que tenía problemas para escuchar los procedimientos desde su puesto en la Woolwich Crown Court y pidió poder sentarse con sus abogados.

“Participo tanto en estos procedimientos como lo hago en Wimbledon (el torneo de tenis)”, dijo al juez. “No puedo comunicarme con mis abogados ni pedirles aclaraciones”.

En el tercer día de la audiencia, Assange afirmó que tampoco podía comunicarse en privado con sus abogados debido a los micrófonos en el lugar aislado en que se encuentra y a funcionarios de la embajada de Estados Unidos no identificados en la sala del tribunal.

El equipo legal de Assange presentará una solicitud formal para que abandone dicho lugar el jueves después de que la jueza Vanessa Baraitser dijo que tal movimiento no era una evaluación de riesgos que ella podría hacer y cuestionó si técnicamente aún estaría bajo custodia si se le permitía salir de allí.

Más temprano, el abogado de Assange, Edward Fitzgerald, aseguró que la extradición por delitos políticos no estaba permitida en virtud del Tratado de Extradiciones Anglo-Estadounidenses establecido en 2003.

Los crímenes violentos y el terrorismo eran el único tipo de crímenes políticos por los que el tratado permite que las personas sean extraditadas, dijo.

Estados Unidos pidió a Gran Bretaña que extraditara a Assange el año pasado después de ser sacado de la embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció durante siete años para evitar ser enviado a Suecia por acusaciones de delitos sexuales que fueron retirados tras la petición de Washington.

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(Editado en Español por Manuel Farías)